Zona de trabajo que busca músicos

sábado, 30 de octubre de 2010

Nuestro Himno Nacional

Otro recuerdo de mi etapa instrumental. Aunque lo toqué en el mitin de cierre de campaña de Fuerza Social. Espero que lo disfruten.

Ensayo Furibundo


A pesar de la diferencia de edades, puedo decir que el ensayo del miércoles pasado salió de la gran p. Ya hemos comenzado a cuadrar temas. Solo voy a tocar 3 covers entre mis canciones originales: Firth of Fifth y Cinema Show de Genesis y I am the Walrus de los Beatles. Entre los originales hay algunos viejos como Verano en Caplina y Acto de Fé, pero hay nuevos como un blues llamado Domingo sin Gente, que aún no termino de redondear. Estoy reviviendo temas que hice el 2007 y no llegué a tocar lo suficiente cuando quise armar un trio llamado Los Principios Edgar, pero no floreció ya que no soy, lo reconozco, un cantante decente. Lo mío es tocar, en este caso guitarra y teclados. En eso soy medianamente decente. Y escribir también.


Aparte estoy arreglando un cd para mi amigo Pepe Tam quien resultó ser un buen compositor, cantante y guitarrista. Y un estupendo abogado del estudio Rodrigo, Elías y Medrano. Sorpresas que te da el derecho, en este caso una muy afortunada comparado con el lamentable Poder Judicial que sufrimos. Me da la oportunidad también para comenzar a grabar y tocar el próximo año, que espero sea movido para la banda, la cual, aún no tiene nombre. Pensaba llamarla 300 Generaciones. Lo que pasa es que tal es la diferencia de edades entre ellos y yo que parece como si hubiera esa cantidad de años entre nosotros. Además no me cuadra llamar a la banda con mi nombre. Me suena muy egocéntrico.


Quiero reiterar mi agradecimiento al Buho, Alonso y Álvaro quienes me han devuelto la fé en los músicos nacionales. Su manera tan fresca y desenfadada de apróximarse a lo que yo hago me parece sensasional. Aún así, nos espera un largo recorrido para armar la cosa.
En la imágen mis dos engreidos el Yamaha Motif XS 6 y el Yamaha KX 8.

domingo, 17 de octubre de 2010

Novedades no tan Nuevas

El 19 de agosto del 2010 fui atropellado por una 4X4 mientras me dirigía a tocar con Tempus en Barranco. Salí volando de mi moto y mientras estuve en el aire lo primero que pensé es que no iba a morir, estaba claramente establecido que me iba a dar un "tortazo" contra la pista (que a medida que pasan los años se hacen mas duras). Y me estrellé de cabeza contra el asfalto, y de no haber tenido un casco puesto (yo siempre cumplo los reglamentos de tránsito) de repente hoy no podría escribir este blog. La señora (su nombre será obviado porque aún soy un caballero) que me atropelló resultó ser una pituca neurótica para quién a partir de ese momento yo abandonaba mi condición humana para convertirme en molestia. Era tan evidente su infracción que la compañía de seguros que la cubría la obligó a reconocerme todos los daños a mi moto y a mi persona. Y aunque me hayan pagado con diligencia no puedo dejar de pensar en la total carencia de empatía de esta señora hacia mi persona. Después de todo me pudo haber matado. Pero sus modales de señora snob pudieron mas que su condición humana. Y yo me pregunto ¿Y así quiere esta clase alta dirigir los destinos de un país? Se que puedo estar generalizando, y que hay gente en el extremo derecho del panorama que es muy honesta en sus convicciones y solidaria. Pero la actitud, tanto en la vida personal como en la política dice mas que cientos de discursos. No puedo olvidar la pusilánime actitud de Lourdes Flores ante su padre cuando el susodicho espetó lo del "auquénido de Harvard". Si ella hubiera tenido los reflejos rápidos y cuadrado fuertemente a su padre ante cámaras y en ese instante, ella habría ganado la presidencia el 2001. Y en muy buena ley. Pero si no los tuvo, es que ella comparte una buena parte del problema que menciono. Carencia de empatía.

Lo que quiero sintetizar, porque me canso de escribir largos prolegómenos, es que las definiciones de izquierda y derecha no se dan tanto en el terreno ideológico aquí en el Perú (a pocos les interesa de que tamaño debe ser el estado, las políticas sociales del mismo y las regulaciones del mercado), sino mas bien en las actitudes. Aún subsiste lo que yo llamaría una actitud de supervivencia aristocrática versus una actitud de revolucionario sin revolución. Ambos empantanados en sus dobles morales y en un mutuo desprecio que termina en auto inflingido al sentir que su verdad revelada no está al alcence de la iluminación de las masas o los tarados (depende de que lado del espectro se mire) a los que se pretende dirigir.

¡Merdae! ¡Aún escribo demasiado!

La cuestión es muy simple. Me atropelló una pituca y me llegó al pincho su actitud. Finis.

lunes, 4 de octubre de 2010

En Espera de Mejores Tiempos


Nunca hay que decir que los tiempos actuales son el preludio de días mejores. Cada jornada que pasa es una posibilidad nueva, por mas lúgubre que pueda parecer nuestra ridícula existencia acicateada por el cielo "panza de burro" de Lima. Por mas que leas cien biblias y todos los salmos, la esperanza nunca se aprende. Se construye. Los predicadores de religión chatarra se aprovechan de la pereza mental de la mayor parte de sus fieles para construir esas enormes catedrales de reglas morales y atajos prácticos que te lleven a la divinidad, al nirvana de saberte justificado en este mundo. Y la existencia de esa actitud banal permite la existencia de imperios millonarios encargados de vender muletas mentales para quienes pueden tener bien puestos los pies en la tierra.

Los dos pies. Sin muletas.

Pero claro, pararse en dos piernas como un niño que recién camina exige un esfuerzo que muchos pensamos como natural, pero que en realidad, en un momento dado, nos exigió esfuerzos extraordinarios. Y uno de ellos es el desarraigo. El principio del desarraigo materno comienza con nuestra capacidad para caminar y ser independientes. Un proceso que demorará entre 16 y 18 años, dependiendo de cuanto ejercitemos nuestra libertad de opción o la reemplazemos con tutorías emotivas.

El ser menor de edad es rendirnos a la tutela de alguna autoridad superior, llámese divina o ideológica (con su carga emocional adherida en ambas), en donde la libertad de elección está subordinada a lo que algunos llaman impropiamente "lo natural", contrabandeando muchas veces nuestros condicionamientos culturales como situaciones de facto y por ello fuera de cuestionamiento. El ir mas allá de eso constituye una trasgresión, y como tal existe un códice previamente establecido para señalar a los herejes: una serie de palabras y adjetivos que dejen de manera muy clara una impresión negativa y con una descarga emotiva que provoque una histeria colectiva digna de la "hora del odio" orwelliana en 1984.

En la época de los maoistas setenteros la palabra para describir a los herejes era "revisionista". Aunque existían tambien las palabras "burgués" y "feudal". Pero la primera era la mas lapidaria, porque se la embutían a sus propios hermanos comunistas quienes no se querían tragar el sapazo verde que supuso el stalinismo en la Unión Soviética.

En el año 2010, los tiempos cambian, más no las actitudes. La palabra herética se refiere a los huevos del esturión: "caviar". Y han revivido en el léxico palabras como "rojos" y "marxistas" y se han agitado los desvencijados espantapájaros que fueron tan poderosamente efectivos en décadas pasadas y cuyo mas perverso criminal sigue (y seguirá, espero) contando sus días de cautiverio y tratando de llenar su existencia vacía hasta que se pudra.

Pero he visto mucho optimismo. Y a pesar que recién podamos estar poniendo nuestros pies sobre la tierra después de mucho tiempo, siento que la cultura del miedo ha retrocedido. Y esta cultura no estaba detras de una candidatura política. Eso sería caricaturizar injustamente a un adversario (a). Está aún dentro de cada uno de nosotros que a veces no tenemos la dignidad suficiente como para hacerle un pare. Porque en la cultura palomilla de nuestra Lima (léase cultura criolla) esta muy bien visto humillar a quien es distinto. Es celebrado el que pone "chaplines" (¿alguien dijo caviar?) y quien maneja la "chacota", dos grandes baluartes de la falta de empatía que tenemos entre nosostros mismos. Y eso se celebra. Hasta es motivo de una campaña publicitaria de "chelas".

Yo por lo menos, he tenido la oportunidad de participar en un primer movimiento alrededor de los valores en los que creo, y que han movido a nuestra ciudad a un primer cambio, pequeño pero a la vez enorme en proporción a donde fue el punto de partida. Aún no está maduro. Pero al menos, es un principio. Y uno muy bueno.