Zona de trabajo que busca músicos

domingo, 13 de febrero de 2011

Sin Lugar Para las Sutilezas

El doctor Gregory House no podría ser peruano. Su ironía sería totalmente incomprendida y su sentido del humor un salto al vacío de la locura nacional. En la serie de ficción el es un paria. Si viviera en Lima sería peor, su genialidad y habilidad para lo políticamente incorrecto tan solo sería usada para recoger los cartones de la basura. Ni siquiera podría tener vida en la ficción peruana. Una propuesta de televisión como House M.D. no tendría cabida en el universo donde reina Al Fondo Hay Sitio. Y no es que falte talento. Conozco a varios de los actores y a los guionistas de la serie y tienen lo que se necesita. Recordemos que Efraín Aguilar en su época con Histrión montaba clásicos de Moliere junto con Adolfo Chuiman. Improvisados no son. ¿Qué sucede entonces?

Gisella Valcárcel con su conocida lucidez lo expresó con claridad hace varios años: "no entiendo esa serie". Se refería a Los Días y las Noches de Molly Dodd, la cual retrataba las viscisitudes de una recientemente divorciada neoyorkina con talento para el canto que trabajaba en una librería. Las situaciones y los desenlaces insólitos con una fuerte carga de humor, jazz e ironía hacían de esta un buen preludio para lo que vino después con programas como Mad About You, Friends o más recientemente como Big Bang Theory. La serie se programó a la medianoche en el canal 5. Al igual que House en el canal 2. No duraron mas que una temporada en ambas antenas. Mad About You tuvo mas suerte en su horario habitual de la una de la mañana.  En los setenta una serie como Yo Claudio (con el brillante actor Derek Jacobi) o Upstairs, Downstairs (ambas de la BBC) se programaban en horario estelar (9 pm.). Hoy eso sería ciencia ficción.

No entiendo esa serie, es la frase que pasea en las cabezas de los que hacen TV hoy día. Es su espada de Damocles. Porque la subestimación de la audiencia es real. Se considera que el público peruano actual no está preparado para algo que no vaya mas allá de lo evidente, coloquial o por decirlo de manera cruda: lo estúpido. Lucho Peirano y Abelardo Sánchez León lo describieron perfectamente hace 20 años en su libro Risa y Cultura. Es el reciclamiento de los valores criollos a través del tubo catódico. Un invento como la TV se permuta en multiplicador pernicioso de los mismos.

Lo más triste de esto es que tengo, por primera vez, que coincidir con los programadores de TV. Y los de radio también (cuando pasan sus eternas y repetidas 250 canciones). El público está por debajo de la valla. Parafraseando a Nietszche diría que convierten las cristalinas aguas de una idea en un fango irreconocible. El público pide malos programas de tv, canciones cursis y lugares comunes en donde el prójimo es objeto de agresión y no de empatía. Claro que ello ocurre en todas partes del mundo (si no miren el imperio Murdoch de las telecomunicaciones con The Sun y Fox News a la cabeza). Pero el problema en el Perú es que las alternativas son menos que escasas.

En el Perú las buenas ideas (sea TV, política, música, etc.) se prostituyen y pasan de ser modernidad a modernismo (tomando una idea de Luis Pásara): la reingenieria empresarial pasa a ser reducción de personal, el monetarismo pasa a ser dependencia económica, el socialismo deviene en herramienta autoritaria, el capitalismo en pretexto para el monopolio, la combi en herramienta asesina, el fútbol en nuestra selección nacional, el humor en Recargados de Risa, el punk en contrarevolucionario y conservador, y la democracia en un festival de dádivas.Y todo esto en medio de un contexto en donde nuestro sistema educativo siembra cojudos como si fueran producto de exporatción* (eso diría nuestro desaparecido humorista Sofocleto).

El asunto pasa por la falta de reconocimiento de nosotros mismos. De lo que realmente somos: una parte de la raza humana que vive en este espacio geográfico que aún no comprende y que tiene rasgos personales que aún no asimila. La redención debe pasar por un acto de introspección colectiva (o crear una actitud de ese corte) y ver que realmente somos parte de la misma humanidad que habita la China o Europa o Africa. La distinción de peruanidad deviene en perniciosa cuando adoptamos exclusivamente esas conductas que conocemos perfectamente pero que no atinamos a cambiar. La herramienta de dicho cambio pasa por reconocer nuestro propio ser sin prejuicio de pertenencia u origen. El Perú en ese sentido tiene posibilidades si abandonamos el concepto de peruanidad y abrazamos la noción evidente que somos hombres y mujeres en esta parte de la América del Sur a quienes les ha tocado hacer una vida diferente a los del resto del mundo.

Y a mi me ha tocado hacer música y este blog.
*Vean mi explicación en mi entrada PISA 2009 http://quierohacerunabanda.blogspot.com/2011/01/pisa-2009.html